En el fondo, su naturaleza está llena de deseos y temen despertarlos y no saber controlarlos. Por eso trazan un plan y van cumpliendo objetivos como si fuera un trabajo cualquiera. Pero es para que todo salga bien y ninguna exaltación extraña ni deseo incontrolable lo estropee. Tampoco les vale cualquier persona ni se toman ninguna prisa para ir asentando la base de una relación que ellos esperan que sea duradera.

 

Cuando se enamoren y se consolide la relación los Capricornio van a seguir siendo personas no demasiado espontáneas en cuanto a sentimientos y a demostraciones de cariño. Pero se notará que han ganado confianza y la sacarán a relucir siendo más abiertos y cariñosos. Las muestras pasionales, si las hubo, pertenecerán a la etapa de novios u amantes pero de verdad que lo que ofrece Capricornio es mucho más duradero e intenso que todo eso.

Su oferta es de sentimientos fuertes y profundos, que aunque no los saque a paseo a través de las demostraciones externas típicas, estarán ahí y servirán para cuando haga falta. Y dudar de que existan de verdad es para ellos una afrenta. Y una injusticia. Parece que el que más quiere es el que lo cuenta a todo el mundo, manda flores a diario y deja mensajes de amor por todos sitios. Y Capricornio no hace todo eso, pero a la hora de demostrar el amor de verdad, tiene muchas pruebas.

Sus parejas deben reconocer su parte insegura y más desconfiada y la tendrán que compensar precisamente con muchos hechos y palabras que les mantengan tranquilos y confiados. A cambio no tendrán queja de todo lo que Capricornio puede dar, incluso muy buen sexo. En esto y otros muchos asuntos, tendrán mucha iniciativa en la relación para ejercer el control que más le gusta. Lo que se desborda no es de su gusto y por eso suelen tomar el mando. ¡A relajarse toca que Capricornio se encarga de todo!

Si hay discusiones, cierto orgullo y mucha paciencia, les lleva a aguantar bastante para dar el paso en la reconciliación, sobre todo si no se sienten culpables. Tampoco se les debe acostumbrar a que no lo hagan nunca y a que abusen de su terquedad y algo de mal genio: unas veces tiene que ceder uno en la pareja y otras veces el otro.

Las discusiones pueden llegar por las críticas a cualquier aspecto de vida, por la falta de apoyo en sus temas laborales o por su forma de proceder en algo. Y no suele aceptarlas bien. Capricornio sabe muy bien lo que quiere y cualquier lucha para moverle de ahí puede tener consecuencias nefastas. Para todos. Incluso para él mismo que puede perder un amor o una buena relación por no ceder a tiempo.

Podemos encontrarnos entonces a un Capricornio que busca relaciones estables pero que no impide que éstas se rompan y se retomen una y otra vez. Cuando se han roto del todo, necesitarán estar un tiempo solos para recuperarse de sus heridas, pero quizás nadie lo note, y cuando menos se lo esperan llega de nuevo el amor… Y volverán a caer en las redes de Cupido, por mucho que lo maldijeran antes…

En el fondo, su naturaleza está llena de deseos y temen despertarlos y no saber controlarlos. Por eso trazan un plan y van cumpliendo objetivos como si fuera un trabajo cualquiera. Pero es para que todo salga bien y ninguna exaltación extraña ni deseo incontrolable lo estropee. Tampoco les vale cualquier persona ni se toman ninguna prisa para ir asentando la base de una relación que ellos esperan que sea duradera.